Jezebel: La película que me hizo amar a Bette Davis para siempre.
Jezebel con Bette Davis, mi mirada personal sobre un clásico que marcó mi amor por el cine y por ella.
Hay películas que una no olvida. No porque sean perfectas, sino porque algo en ellas nos sacude por dentro. Así me pasó con Jezebel, la película que me abrió las puertas al universo magnético de Bette Davis, una actriz que, desde entonces, se convirtió en mi eterna favorita. No exagero si digo que verla en ese papel fue como descubrir a una fuerza de la naturaleza. Esa mirada, esa voz, esa presencia… imposible no rendirse.
¿De qué trata Jezebel y por qué me atrapó desde el primer minuto?
La historia transcurre en Nueva Orleans, en plena época anterior a la Guerra Civil. Bette interpreta a Julie Marsden, una joven rica, caprichosa y rebelde, que desafía las normas sociales con una audacia que me fascinó desde el primer segundo. Cuando se presenta a un baile vestida de rojo (¡imperdonable para una mujer soltera en aquel entonces!), su mundo
empieza a tambalearse.
Lo que me atrapó no fue solo la ambientación ni el drama romántico con Henry Fonda, que está también brillante. Fue ella. Julie es contradictoria, impulsiva, apasionada… y a pesar de todos sus errores, la entendí, la sentí humana, cercana. En ese personaje encontré un espejo de emociones complejas que pocas veces se ven en pantalla, y menos aún en personajes femeninos de aquella época.
Bette Davis en Jezebel: Una actuación que deja huella
Bette Davis ganó el Oscar por esta película, y con razón. No hay manera de mirar Jezebel sin quedarse hipnotizada por su actuación. Hay una escena en particular, sin decir demasiado, en la que su silencio lo dice todo. Es pura intensidad contenida. Como si Bette supiera exactamente cómo transmitir lo que duele, lo que arde, lo que quema por dentro.
Y lo más impresionante es cómo logra que un personaje tan imperfecto nos conmueva tanto. Julie no es la heroína tradicional. Es egoísta, orgullosa, pero también valiente y capaz de amar hasta el fondo. Y Bette le da vida con una verdad que atraviesa la pantalla.
Lo que descubrí al ver Jezebel una y otra vez
Sí, la vi muchas veces. Y en cada revisión descubro un matiz nuevo. A veces me detengo en el vestuario, en los gestos mínimos, en las pausas que Bette elige. Otras veces me pierdo en la música, en la tensión que se siente aunque ya sepa lo que va a pasar.
Ver la película Jezebel es como releer una carta escrita con tinta antigua: cada palabra tiene un peso, un significado profundo. Y esa intensidad me sigue conmoviendo. Es
una de esas películas que me acompañan, como un perfume que no se olvida.
Un clásico que merece ser visto hoy
Sé que muchas personas no ven cine clásico. Lo sienten “lento”, lejano, de otra época. Pero Jezebel demuestra que una gran historia y una gran actuación no tienen fecha de vencimiento. Es más, siento que ahora, en un mundo donde todo va tan rápido, películas como esta nos invitan a detenernos, a mirar más allá de la superficie.
Y si sos como yo, un apasionado del arte, del cine, de los personajes con alma… entonces Jezebel te va a dejar huella. Porque Bette Davis no actuaba, ella era. Y en esta película, es imposible no amarla, aunque su personaje sea todo lo contrario a lo que esperaríamos de una “heroína”.
En resumen:
Jezebel no solo es una gran película. Es una experiencia. Y para mí, fue el comienzo de una admiración que no ha hecho más que crecer. Porque Bette Davis no interpretó a Julie Marsden: ella fue Julie Marsden. Y por eso, esta película siempre ocupará un lugar especial en mi corazón.
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